jueves, 23 de agosto de 2012

Ronaldo, el mejor delantero del mundo (1 de diciembre de 2002)



El club blanco pagará al Inter 35 millones de euros y otros 10 los que se valora un jugador que será traspasado en diciembre - El Barcelona intentó bloquear la operación

El presidente del Madrid, Florentino Pérez, durante el acto de presentación
de Ronaldo como nuevo jugador blanco.
Ronaldo ya es jugador del Real Madrid. Florentino Pérez cumple un sueño y una promesa, la de fichar cada temporada a la principal estrella del fútbol mundial. Pero lo ha conseguido tras unas maratonianas jornadas de negociación y al filo del cierre del plazo de inscripciones para la Liga de Campeones. El colofón del culebrón del verano tuvo tintes hitchcockianos, estuvo a punto de irse al garete en varios momentos de un sábado de locos, pero finalmente se cerró apenas 70 minutos antes del límite para enviar la lista de futbolistas inscritos a la UEFA.


En esa relación ya figura como nuevo jugador del Real Madrid Ronaldo Nazario Da Lima. (...) La jornada fue de órdago. Y quedó sellada pasadas las 22.30 horas en la última conversación entre Florentino Pérez y Massimo Moratti. Tras muchos gritos, cambios y golpes de teatro, el presidente madridista tuvo que variar la propuesta inicial con la que había obtenido el primer acuerdo con el Inter. Finalmente la operación quedó fijada en el pago de 35 milones de euros, que se abonarán en un plazo de cinco años y sin recargos.

Además, el Inter podrá elegir a un futbolista de la plantila blanca cuando se reabra el mercado de invierno, el próximo 15 de diciembre. Ese futbolista se valora en 10 millones de euros, por lo que la operación queda ultimada en 45 millones. Si el Madrid no está de acuerdo con el futbolista elegido pagará en metálico. Esta negociación se cerró tras la ruptura momentánea por culpa de la actitud de Joan Gaspart.(...)

El primer acuerdo, al que se llegó tras unas conversaciones iniciadas en la madrugada posterior a la disputa de la Supercopa contemplaba una operación a tres bandas en la que todas las partes parecían condenadas a entenderse. Florentino Pérez cifró su oferta en 22 millones de euros. Además ofrecía a Morientes al Inter, valorado en otros 20, y se incluía ya la opción de un traspaso al club lombardo en diciembre.

El Inter no estaba interesado en Morientes. Horas antes había contratado al delantero argentino del Lazio Hernán Crespo. Pero Morientes servía como moneda de cambio. Una vez convertido enjugador interista, el delantero internacional español sería traspasado al Barcelona, que había dado su visto bueno a este rompecabezas.

Ronaldo esperaba en la sede interista el desarrollo de los acontecimientos. El ya tenía un acuerdo pactado con el club blanco. Un contrato de cuatro temporadas y una ficha anual similar a la de Zidane, Rául y Figo, cercana a los seis millones de euros. El jugador sabía que el Real Madrid le había preparado un avión privado, reconocimiento médico y hasta la estancia en un hotel de Madrid para su primera noche vestido de blanco.

Pero todo pareció irse al garete cuando el Barcelona anunció que no llegaba a un acuerdo con Morientes, el otro vértice de la operación. En principio, Gaspart pactó con Moratti el pago de 20 millones de euros en tres años por el delantero. Hasta emitió un fax con el visto bueno. Pero a la hora de la verdad en el contacto con los agentes de Morientes, ofreció una cantidad que el jugador no podía aceptar, inferior al millón y medio de euros netos que percibe en el Real.

El Barcelona no tardó en hacer público el desacuerdo con el jugador. Eso significaba teóricamente que la operación Ronaldo quedaba paralizada porque apenas quedaban dos horas y media para el cierre de las inscripciones. En ese momento cundió el desánimo en el Bernabéu. Nadie había comido y todos miraban a Florentino Pérez a la espera de que se le encendiera la bombilla.

Quedaba claro que Gaspart se dejaba llevar por la presión popular que mostraba un sentimiento de indignación entre su masa social, porque se ofrecía la sensación de que el Barça ayudaba a su principal enemigo a hacerse con Ronaldo.

Había que maniobrar con rapidez. Florentino Pérez sabía que en ese momento el Inter se sentía presionado porque contaba en su plantilla con delanteros como Crespo, Vieri y el propio Ronaldo, repudiado ya por su afición.

El presidente del Madrid subió su oferta y se hizo la luz. El Inter aceptó y el Barça comprobó que su maniobra no había servido para nada. De paso, se quedaba sin Fernando Morientes, inscrito también por el Madrid. Y con Ronaldo enfundado en la camiseta blanca y el número 11.


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